CAUSAS, CONSECUENCIAS Y PREVENCIÓN DEL
SUICIDIO EN EL ESTADO DE CAMPECHE
Por: Andrés José
Huicab Sauri.
1ero. A Licenciatura
en Psicología.
Universidad Autónoma de
Campeche.ACT012_PSICO1A_HUICABSAURI
INTRODUCCIÓN
El
suicidio es, para muchos, un tema tabú desagradable. No a todas las personas les
agrada tratar sobre eso. Como muchos otros aspectos, el suicidio en nuestra
sociedad no se ha tomado con la seriedad que se merece y muestra de esto ha
sido su incremento desmedido. A muchas personas aún les cuesta escuchar que
otro ser humano “valora poco” su vida como para pensar en su autodestrucción y
más aún, llevarla a cabo. Es de suma necesidad hablar del tema y tratarlo con
la importancia que tiene.
Si no se informa lo suficiente de las variantes de alternativas al suicido a la persona con tentativas a este, o a las personas interesadas en evitar estas acciones en otras personas a quienes conocen, podría ocasionar un pensamiento de desesperanza y soledad que le parezca que la única solución sea terminar con su vida.
El suicidio es uno de los problemas más graves en nuestra sociedad, afecta no solo a la persona que se suicida, si no a todas las personas que están en su contexto y finalmente a la sociedad.
Hoy en día existen diversas causas y consecuencias de estos actos suicidas, siendo la finalidad de este proceso metodológico identificar éstas y en base a la información extraída de documentos, libros, internet y otros sitios elaborar un programa de prevención en contra de estos.
Existen distintos programas en nuestra entidad, Campeche, que abordan estos problemas dentro de nuestra sociedad. Se propone entonces a base de estos un programa preventivo propio, elaborado con las bases previamente obtenidas identificando sus principales perspectivas, sus metas, y la forma en que cada uno afronta el problema; así como sus pros y sus contras.
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA.
El suicidio es una de las tres principales causas de mortalidad en todo el mundo, entre personas de 15 a 34 años de edad y nuestro estado, Campeche, ocupa el primer lugar a nivel nacional en este tema.
El suicidio es una de las tres principales causas de mortalidad en todo el mundo, entre personas de 15 a 34 años de edad y nuestro estado, Campeche, ocupa el primer lugar a nivel nacional en este tema.
JUSTIFICACIÓN
Es importante conocer las causas y consecuencias del suicidio para elaborar un programa de prevención efectivo contra este. Las consecuencias de esta afectan no solo a la persona suicida, sino hasta a las personas que la rodean; fracturando esto a la unidad básica de la sociedad, la familia, y a la sociedad misma.
Es importante conocer las causas y consecuencias del suicidio para elaborar un programa de prevención efectivo contra este. Las consecuencias de esta afectan no solo a la persona suicida, sino hasta a las personas que la rodean; fracturando esto a la unidad básica de la sociedad, la familia, y a la sociedad misma.
OBJETIVO GENERAL:
Identificar y analizar los
principales elementos psicológicos y sociales que influyen en algunas personas a
tomar la decisión de suicidarse y diseñar de esta manera un “Programa de
prevención e intervención temprana al suicidio” que pueda aplicarse dentro del
estado de Campeche.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
a. Investigar,
identificar y definir los principales elementos psicológicos y sociales que
influyen en los actos de suicidio.
b. Investigar,
examinar y analizar los diferentes tipos de suicidios y las personas más
afectada directamente por estos.
c. Concluir
y plantear las principales causas y consecuencias del suicidio a nivel mundial
y dentro del estado de Campeche durante la última década, mediante los
resultados obtenidos.
d. Valorar
la información adquirida y proponer el “Programa de Prevención e Intervención
Temprana al Suicidio”.
DESARROLLO.
“El suicidio parece ser la acción más personal que un individuo pueda asumir; sin embargo, las relaciones sociales juegan un papel importante en su causalidad, pues posee un profundo impacto social; y aunque parece dirigido solamente a la destrucción de sí, es también un acto de agresión contra los otros.”
“El suicidio parece ser la acción más personal que un individuo pueda asumir; sin embargo, las relaciones sociales juegan un papel importante en su causalidad, pues posee un profundo impacto social; y aunque parece dirigido solamente a la destrucción de sí, es también un acto de agresión contra los otros.”
Uno de los más grandes problemas para
diferenciar el suicidio de los accidentes cotidianos, es establecer si este ha
sido un acto voluntario. Esta situación, lógicamente, se determina por las tendencias
de autoagresión que integran la
personalidad de cada individuo y que, en muchos casos, se traducen en el uso o
abuso del alcohol, adicción a drogas, cutting, etc.
El suicidio es un acto premeditado, es por esto
que en él influyen distintos tipos de factores. Los principales factores
determinantes en el suicidio son: la motivación y la intención, los factores
psicosociales y la psicopatología individual.
Los motivos, son las razones del individuo para decidir suicidarse. Existen diversos tipos de motivos:
-
Los
motivos racionales: Son raros, suponen una amenaza exterior sin
involucrar la psicopatología, la persona se suicida con una razón “lógica” y
sin quererlo. Un ejemplo de este motivo puede ser la presión por parte de una
segunda persona, o por deber mucho dinero.
-
Los
motivos pulsionales: Son mayormente psicopatológicos. Aquí se
encuentran los motivos que derivan de alguna enfermedad mental.
-
Los
motivos impulsivos: Son los más comunes, es una reacción
espontánea a algún suceso que haya ocurrido; muerte de alguna persona cercana,
desestabilidad emocional, divorcio, etc.
Es indudable que el estudio sobre los motivos que llevan a tomar la decisión de suicidarse revela que la conducta autodestructiva es un fenómeno muy complejo y está relacionado no solo al estado físico, sino también al estado psíquico y social de la persona.
La intención o motivo es, como ya se mencionó, un comportamiento muy complejo y su evaluación, requiere conocer distintos aspectos con exactitud, la situación mental del individuo, así como todas las demás situaciones que rodean la vida física y emocional de la persona en cuestión; es decir, todo su contexto. Es innegable que la raíz principal del suicidio lo constituyen los motivos conflictivos interpersonales muy diversos, pero también y de modo fundamental el contexto histórico y social que da significado al acto autodestructivo.
Puede un individuo, entonces, tener una situación mental no tan crítica pero sentirse presionado por los factores externos a él a llevar a cabo el primer paso a este tipo de conductas suicidas.
Los antecedentes enfermizos de la familia, sobre todo los trastornos, la drogadicción y el alcoholismo, entre otros problemas familiares, influyen; así como también la cercanía afectiva a personas que han intentado el acto de suicidarse.
Antes de añadir el término oficialmente se utilizaban distintas expresiones para hablar del suicidio y se tenía una idea muy negativa de él, en gran medida debido a la fuerza de la religión, siendo categorizado como “mala muerte” por atentar ante el código de la iglesia. Se consideraba al suicidio como una completa falta de respeto ante la religión, como un acto de rebeldía que debía ser castigado con el infierno.
A veces el suicidio, tal y como se ha
comentado, puede no ser más que un medio de llamar la atención, una forma de
descarga emocional o solicitar ayuda. Curiosamente el intento de suicidio suele
ser solo un ensayo del propio suicidio, es decir, no todas las personas están
totalmente dispuestas a consumar el acto, pero el intento es una prueba o un
paso previo al mismo y, en muchos casos, un suicidio frustrado.
Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. No se necesita estar loco para intentar suicidarse, los suicidas ven en el hecho una solución y efectivamente lo es; después de la muerte ya nada puede herirlo.
Generalmente, cuando una persona tiene un problema y
encuentra una solución, experimenta una sensación de bienestar y alivio; es
precisamente lo que ocasiona el suicidio al ser algún tipo de solución.
Algunos juicios que son mayormente admitidos para distinguir el tipo de tentativa suicida son: la gravedad de la tentativa, qué tan eficaz es el método utilizado, si existe una premeditación del acto o por el contrario la autoagresión ha sido impulsiva, si el sujeto ya había tenido antecedentes de autoagresión, y las propias manifestaciones de intención que haga el sujeto inmediatamente después del intento. En algunos casos también se consideran otros factores como la nota de despedida que dejan un gran número de los suicidas y que parece que responden más a un estereotipo que a la realidad, puesto que es una “costumbre” el dejar este tipo de notas.
Con estos puntos se busca diferenciar las
razones que impulsaron la conducta suicida de los fines que estas conductas
perseguían, es decir, el objetivo intencional al que se quería llegar con esto.
Una razón no es igual al fin al que se quiere llegar. Mientras las razones son
las causas, detonantes o motivadores, el fin se trata del objetivo final al que
quiere llegar la persona suicidándose.
Se puede decir que, no todas las conductas que implican autolesionarse tienen una intención o finalidad suicida como tal, no por ello se deben de tratar todas como algo diferente, por esta razón se debe indagar en las verdaderas razones que indujeron al sujeto a autolesionarse, y el grado del daño que quería provocarse con las mencionadas lesiones.
Ahora bien, practicar deportes de riesgo o
realizar conductas peligrosas, no supone una actitud suicida, es la sociedad la
que promueve e impulsa que el hombre se exponga a la muerte de manera indirecta
e inconsciente. Para que esta acción sea considerada un acto o tentativa
suicida, es necesario que la acción tenga como finalidad la muerte.
Anteriormente, las causas principales del
suicidio, tanto en la entidad como a nivel nacional, habían sido la muerte de
un ser querido o las decepciones amorosas; sin embargo estas causas han ido
variando. La migración externa e interna, las escasas redes familiares y la acumulación
de “fracasos” o desesperanzas son ahora también parte de los principales
detonadores suicidas.
El proceso psíquico del suicida comprende toda
la ideación del suicidio hasta lo que sería el momento culminante o la muerte.
1.
El deseo de morir. En esta fase se encuentran los motivadores del
suicidio, es decir, el porqué la persona quiere suicidarse. La toma de la
decisión.
2.
La idea suicida: Se refiere a la representación mental del
acto. La idea que tiene del cómo, cuándo y dónde llevará a cabo la acción. Es
la antesala del acto.
3.
La preparación del suicidio: Los procedimientos, conductas y actos preparatorios
de la acción, por ejemplo comprar el objeto con el que se efectuará el
suicidio: pastillas, veneno, armas, una soga; escribir la carta de despedida,
preparar el funeral, despedirse de familiares y amigos, etc.
4.
La muerte: Acto final de toda tentativa de suicidio consumada.
La persona suicida, como cualquier otra, es capaz de imaginar cómo sería estar muerto, pudiendo representarla como una escena, en la cual ejecuta el acto, se sube a una silla, se cuelga, se dispara o cualquier otra acción, se ve tendido en el suelo, con los ojos cerrados y sin vida.
El suicidio o el intento de suicidio,
comprenden diversos significados; no solo constituyen un ataque hacia la
persona propia sino que pueden ser una señal para atraer la atención, en caso
de que la careciera o la necesitara, o una forma de pedir auxilio, algo así
como la única manera posible de dirigirle a alguien el pedido; éste es una
exigencia de socorro, pero es, al mismo tiempo, una acusación inmediata a las
personas que lo rodean, haciéndolas, de cierta forma, culpables de la situación
o con la finalidad de controlarlas o reprocharles su situación. Toda
frustración, por mínima que sea, es interpretada como abandono o rechazo.
Entre las características y factores que inciden en la personalidad del suicida se observan: aislamiento, imposibilidad de atenerse a normas sociales o de cumplir anhelos personales y la pérdida de la propia estima. La muerte de un familiar (pareja, hijo, padres) en los dos o tres años anteriores al comportamiento suicida ha sido analizada como el desencadenante de un estado depresivo profundo.
La personalidad suicida manifiesta una alta
fragilidad que lo conduce a un comportamiento voluntario autodestructivo,
conocido como vulnerabilidad.
Vulnerabilidad significa no poder percibir el peligro de la agresión y, por lo tanto, de la autoagresión. Cuando una persona es vulnerable no tiene las posibilidades de reaccionar y de protegerse. Representa un proceso que produce un estado de indefensión, de extrema angustia sobre la propia existencia que lleva a la determinación del suicidio.
La vulnerabilidad individual, personal, física
y psíquica se integra a una vulnerabilidad social donde la familia y los grupos
no pudieron percibir con anticipación un probable futuro comportamiento
suicida.
La situación de vulnerabilidad impide que el
individuo pueda percibir otra salida a la grave problemática en la que supone que
se encuentra y no puede ver otra realidad a la que su misma vulnerabilidad lo
condiciona. Comprende la situación de alto riesgo del paciente con ideas de
muerte. La persona vulnerable a la intención suicida está impedida de percibir
y comprender la situación irreversible, de lo contrario toma la decisión de
suicidarse.
Cada vez que la persona tiene que tomar una decisión, cualquiera que esta sea; siempre se intenta tomar la mejor opción. Nadie comienza tomando la peor decisión. Sucede que cuando la toma de decisiones llega, juntamos toda la información disponible, la procesamos y en base a ella tomamos la decisión. Ahí radica uno de los grandes problemas de la decisión de suicidarse, la falta de esta información disponible.
En las decisiones que tomamos día a día solemos
equivocarnos, y no siempre se toma la mejor. El suicidio al ser una decisión, aunque
el individuo piense que es la mejor, no la hace así. Tomamos decisiones
imperfectas todo el tiempo.
A medida que las personas avanzan de edad, por
lo general, son un poco más listas. Entre más se vive, más información se tiene
y la toma de decisiones suele mejorar. Tal vez esta es la razón por la que los
suicidios son menores en las personas con edad más avanzada.
Cuando las personas empiezan a pensar en poner un fin a su vida, no siempre tienen toda la información y como están vulnerables no piensan con claridad y piensan que sí la tienen.
Esta decisión, sin embargo, no surge de la
nada. En muchas de las ocasiones se aprende por ejemplificación; existen
muchísimas personas que se suicidan hoy en día, y estas sirven como modelo a
otras personas que piensan que si alguien más lo hizo y le funcionó a él/ella
también. Personas con familiares o amigos que se han suicidado tienden a tener
un mayor riesgo de imitar o recurrir al suicidio como una solución a sus
problemas, que las personas sin ningún antecedente.
Entre las diversas causas de los suicidios se
encuentran: Cualquier proceso de duelo, crisis emocional, pérdida del valor
propio, conflicto al que no se está acostumbrado, para culpar a otra persona
(victimización), crisis económica, desempleo, indiferencia, a causa de no
superar algún proceso como la violación, drogodependencia, enfermedad mental, discapacidad
física.
La mayoría de las personas no están seguras de suicidarse o no, y es que aún teniendo los aparentes motivos para hacerlo, resulta ser, evidentemente, una decisión difícil. Esta indecisión se mantiene incluso hasta el último momento en que el acto suicida se ha consumado.
Se dice que la persona se encuentra en una
ambivalencia entre si lo que quiere es vivir o morir. Como en una balanza,
tarde o temprano alguna de las dos partes pesará más que la otra. Es por eso
que esta fase de ambivalencia es de suma importancia, un suceso negativo
durante esta fase podría ser determinante para la decisión final de suicidio o
viceversa.
En estado de vulnerabilidad y ambivalencia, el
individuo no está en su mejor forma para efectuar una decisión. Se enfoca en
una lógica unidireccional, en la que no hay más que dos opciones: vivir o
morir, en el estado de depresión no pensará en puntos medios. La única persona
que asegura que si su vida no mejora tiene que matarse es ella misma, nadie
más.
Otro tipo de lógica suicida, es la lógica circular. En este tipo de situaciones la persona se hace preguntas acerca del por qué debe suicidarse, si sus problemas son lo suficientemente graves, y al encontrarse en ambivalencia vuelve a hacerse las mismas preguntas una y otra vez. Se requiere entonces a una persona externa para poder mediar la situación de esta lógica.
Cuando una persona promedio trata de ayudar a
otra con tentativa al suicidio trata de hacerlo con expresiones como:
“¡Anímate!” “¡Todo estará bien!” lógicamente y cuando se ha pasado por todo un
proceso de duelo de la primera persona estas palabras no tienen mucho valor. No
es como si alguien pudiera llegar a exterminar la idea del suicida.
Se sugiere entonces dar un paso hacia atrás en
la decisión. Es importante que la tentativa de suicidio se reconsidere. Una
persona que aún no sabe cómo va a realizar el acto, es más fácil de persuadir
que la persona que ya lo ha planificado. Entre más claro es el plan, mayor es
el riesgo.
Por otra parte, la soledad es otro factor determinante. La soledad es el lugar con mayor probabilidad de que aparezcan pensamientos suicidas. Cuando la persona se encuentra en soledad puede comenzar a creer que es mejor la muerte que la vida. En el estado de vulnerabilidad, las otras personas no parecen estar tan solas como lo está el sujeto en cuestión.
No es lo mismo estar solo que la soledad, se
puede estar parado en algún desierto sin la compañía de ningún otro hombre y no
estar solo; también se puede estar en una ciudad llena de gente y tener un
corazón en soledad. Las personas suicidas suelen confundir esto; y ser tan mala
compañía para sí mismos que necesitan que esté alguien más con ellos. Estar
solo no es el enemigo, sino el miedo de estarlo.
Entonces se tiene que aprender a estar solo
consigo mismo, y a su vez que no se está en soledad si se tiene la compañía
propia. Quererse a uno mismo y de esta manera poder salir y socializar con
otras personas, sin miedo a quedarse solo.
Para alguien con tentaciones suicidas es importante la compañía de alguien más, el consejo de alguien más. ¿Por qué? Porque cuando existe una tentativa, es como si la persona se encerrara en una sola forma de pensar y su cerebro no procesa otra información de la que ya posee; una segunda persona puede proporcionarle esta información y ayudarlo a ver las cosas desde una perspectiva distinta, de esta manera sacarlo de su depresión.
Cuando una persona está deprimida los demás
sentimientos empiezan a perder fuerza, nada parece bueno, nada parece
divertido. Las cosas por las que tiene sentido vivir pierden su valor y se deja
de responder enérgicamente a la vida.
Una pérdida puede, por ejemplo, causar una gran
depresión. Lo curioso de ésta es que no se sabe qué tanto puede llegar la
depresión a causa de determinada pérdida; para cada persona es diferente. No
importa que tan “innecesaria” o “ridícula” parezca esa pérdida para nosotros,
lo único que importa es lo importante que era para la persona que se ha
suicidado.
No está mal deprimirse, es solo una forma de reaccionar. Lo malo empieza cuando esta depresión se extiende por un tiempo muy largo, una persona deprimida piensa de manera depresiva y todo para ella se torna gris. Se pierde el interés en lo que solía hacer, se pierde la energía y la concentración.
El suicida debió entonces saber que se puede salir de la depresión y que no todo es tan oscuro como esta le plantea; que con el tratamiento adecuado al paso de los días su estado de ánimo podía mejorar, incluso hay depresiones que se van solamente cuando algo bueno sucede. Pero lamentablemente, no todos poseen tal información y desconocen que el suicidio viene siendo un medicamento muy fuerte, para una enfermedad pasajera.
Las consecuencias del intento no consumado del suicidio integran una serie de aspectos tanto físicos: desde una pequeña lesión, hasta lesiones graves que provocan daño a la salud, daño corporal, en muchos de las ocasiones, de por vida, parálisis, pérdida de algunos de los sentidos, enfermedades y otras causas del deterioro en la salud. Lesiones físicas que traerán consecuencias en su vida personal y en su vida social, así como en sus actividades educativas, laborales y sociales.
Los daños emocionales serán sumamente difíciles de poder establecer y determinar. La situación de alto estrés que implica el acto suicida, su respuesta ante la actitud y decisión de pérdida de la vida, significarán, en caso de sobrevivir, cambios en el estado mental de la persona, cambios caracterizados por alteraciones, en muchas ocasiones agravando el estado depresivo. En otros, los daños emocionales provocarán nuevas situaciones de mayor desequilibrio, ambivalencia e inestabilidad.
Es evidente que la
correcta asistencia será fundamental para la recuperación de los daños físicos
y emocionales. Siendo las repercusiones de los daños emocionales, más complejas
para determinar las secuelas que han provocado en el paciente, que los daños
físicos. Esto se debe a que el daño emocional será muy impactante para el
individuo, por eso es que existen los segundos intentos de las conductas
suicidas, por la carencia de una contención por parte de los profesionales en
la salud mental.
Los daños emocionales a la
familia serán graves, especialmente en los casos de niños y adolescentes. Todos
los miembros del grupo familiar se verán afectados profundamente y el intento
de suicidio puede provocar miedos y sufrimientos a los integrantes del grupo
familiar.
El miedo sufrido por la familia por el intento suicida de uno de sus miembros del grupo familiar, la no comprensión del acto ahondará la situación de vulnerabilidad en cada persona del grupo familiar, por el miedo a una reiteración del comportamiento suicida. En caso de que el suicidio se haya consumado marcará los acontecimientos familiares, sus relaciones, sus comunicaciones, etc.
La sentencia del suicida hacia los familiares y amigos marca de por vida. Se puede superar, asimilar y seguir viviendo, pero depende de cada persona el cómo hacerlo y deja una profunda huella en el corazón y la mente de cualquiera que se haya visto en una situación así.
La vulnerabilidad será aún mayor o por el contrario la familia reconstruirá sus lazos para apoyarse entre sí y permitirse superar estas vivencias de muerte.
El dolor y la angustia son las principales consecuencias externas del suicidio, pues no solo provoca la muerte de la persona si no el padecimiento de los seres queridos, el sentimiento de culpabilidad, de ausencia y preguntas cuestionando si podrían haber hecho algo para prevenir tal situación. En muchas de las ocasiones, incluso los familiares se preguntan si ellos mismos no fueron razones suficientes para que el suicida no cometiera tal acto, y experimentan sentimientos de desvalorización. Entonces solo quedan recuerdos de lo que fue, momentos, lugares, fotografías y un espacio vacío.
El sistema social cae de una forma notable, se rompe la comunicación, la fortaleza de la sociedad, el correcto funcionamiento y surgen otros aspectos como la desesperanza, el miedo y el desequilibrio. Para algunas personas cercanas de vuelve una mal ejemplo, pues que valorara al suicida, ahora tomará el suicidio como una salida fácil; por ejemplo, si alguno de los padres llegara a suicidarse, el hijo puede entender el suicidio como una opción viable para solucionar los problemas.
Una de las cuestiones más importantes de la problemática del suicidio son las reincidencias, muchos de los casos de intento de suicidio no son reportados como tales ya que no se acoplan con lo que se considera un “intento de suicidio” como tal, y por esta causa cierto número de personas reinciden en su intento. A la vez se reporta que cada intento es de mayor gravedad médica que el anterior.
El 60% de los suicidios de la república mexicana ocurren dentro de la península. Según la gráfica, el mayor porcentaje, con un 86%, de los suicidas en el estado; realizan el acto dentro de la propia vivienda y son los hombres quienes, con un 88%, inciden más en la práctica. [Anexo 1]
La cifra más alarmante, sin embargo, es que el 20% de los suicidios en el estado se localizan entre jóvenes adolescentes entre 15 y 19 años.
Después de toda la información previamente analizada resultan un poco lógicos los resultados arrojados, y a la vez muy alarmantes. Los adolescentes suelen tener el conjunto de situaciones idóneas para encontrarse en un estado vulnerable.
La adolescencia presenta diversas situaciones, es un periodo intenso a nivel corporal, psíquico, afectivo, familiar y social. Es la transición entre la infancia y la adultez, y representa en el adolescente una necesidad de autonomía. Empiezan a importarse por la percepción propia y del otro, cambios en el ámbito físico y sexual, en el ámbito social no es un niño ni un adulto lo que representa uno de los mayores problemas. En el ámbito psicológico, es impulsivo, hipersensible, susceptible, emotivo, impaciente, apasionado. Se puede afirmar que el adolescente está constantemente en desequilibrio y en estado de conflicto, lo que es normal debido a los múltiples e intensos cambios que está viviendo.
El suicidio es tan letal que como se mostraron en las gráficas, no es necesario salir de casa para cometer el acto; cualquier objeto, cualquier situación puede propiciar un episodio.
El principal método de suicidio utilizado por los adolescentes, son los fármacos. Destacan los medicamentos que pueden encontrar en el botiquín, sobre todo los antidepresivos y las tabletas para dormir, otros métodos empleados son: hacerse atropellar por un carro, tirarse por la ventana, armas, etc. Algunos de estos métodos pueden confundirse con accidentes como la sobredosis y los accidentes de auto.
Y como se
mencionó anteriormente, el acto no depende de lo grave que se encuentre
psíquicamente el suicida, una persona que está sufriendo profundamente tomará
lo que tenga a su alcance así se trate de un producto poco o muy dañino.
Se puede observar entonces que el suicidio no es un tema que
pueda tomarse muy a la ligera, afecta no solo a la víctima, también a la
familia que es el núcleo de la sociedad y a la sociedad misma. Para tomar
cartas en el asunto habrá que tomar todas las medidas necesarias en base a la
información recaudada y analizada.
Como finalidad del trabajo, se propone una “medida de prevención” al suicidio; quizás no para erradicarlo pero para colaborar de una manera adecuada con la disminución de esta problemática que afecta a nuestro estado.
El “Programa de Prevención e Intervención Temprana al Suicidio” se enfoca en una gran parte a difundir toda la información posible acerca del tabú que rodea al mismo.
Para el tratamiento es importante considerar a cada caso por separado, de esto depende si se requiere hospitalización o no; generalmente, a la persona que “sobrevivió” a un intento suicida se le da lo que antes se le negó, y pasa por una fase de “alivio” mediante la que se debe de estar atento.
La evaluación global tendrá como objetivo establecer el porqué de ese intento de suicidio, en ese adolescente y en ese momento preciso, es decir, la Intención; se debe descubrir el significado personal y las razones e intenciones profundas de ese acto suicida.
Se debe enseñar lo que es el suicidio, pero sobre todo lo que no es. Todo esto, de una manera en que se pueda explicar y aplicar de una manera más dinámica y entretenida para llegar a muchas más personas de una manera más fácil, enfocándonos a los jóvenes y niños.
Un gran medio de difusión actual, son las redes sociales, comunes entre millones de personas y que pueden difundir información de manera instantánea. Hay que enseñar no solo todo lo que al suicidio se refiere, sino también es muy importante fomentar valores en todas las personas.
Siendo de mayor interés tratar temas clave como la depresión, la soledad, el manejo del enojo y la ira, y la desesperanza.
Mayor dedicación a las materias relacionadas con el área de la salud, el civismo, la filosofía, la psicología y el desarrollo humano. Hay que crear más personas con mejor autoestima, mayor adaptación a la sociedad, al medio que los rodea, y con mayores perspectivas de la vida.
Mostrar a las personas que existen distintas opciones aparte del suicidio, que no es la única salida y que siempre se puede contar con la orientación de profesionales y de personas a su alrededor.
Analizar paso a paso cada punto de este texto con las personas, en conferencias, trípticos, folletos, diapositivas, clases y diferentes métodos; entre mayor sea la gente que tenga más información, mejores serán los resultados.
¡Fomentemos el amor a la vida!
CONCLUSIÓN
A lo largo de este proyecto, se han analizado una serie de
causas y consecuencias que se tienen con respecto al suicidio. Se toma a éste
como una decisión de una persona en un estado vulnerable y en ocasiones de
depresión, enojo, soledad o desesperanza.
No siempre la persona tiene la información que se requiere para
determinar que la mejor decisión es el suicidarse; de hecho el suicidio ocurre
por falta de información acerca de este. Acerca de las consecuencias que trae,
y de los nulos beneficios que provoca.
Es importante que cada persona sea consciente de esto, que se sepa importante y necesaria, una buena autoestima e información pueden eliminar cualquier tentativa suicida.
Apoyemos a las personas que nos rodean, cuidemos nuestras palabras y nuestros actos ofensivos, hablemos con amabilidad, convivamos con los demás con cariño y respeto. Tratemos como queremos ser tratados. Formamos parte importante de la sociedad, y como tal tenemos la obligación de participar en este asunto que nos concierne a todos.
"El suicidio no elimina la posibilidad de que la vida empeore. El suicidio elimina para siempre la posibilidad de que la vida mejore".
FUENTES:
Bibliografía.
1.
DURKHEIM, Emile. El Suicidio. México, 1974.
2.
MARCHIORI,
Hilda. El Suicidio: Enfoque criminológico Editorial PORRÚA México, 1998
3.
CLEMENTE,
Miguel. Suicidio: Una alternativa social Biblioteca Nueva Madrid, 1996.
Fuentes en línea:
1. Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (México). Estadística de suicidios de los Estados Unidos Mexicanos
2011. / Instituto Nacional de Estadística y Geografía. México. INEGI. 2013.
ola
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