sábado, 16 de noviembre de 2013

Alcoholismo

Universidad Autónoma de Campeche
Titulo: Alcoholismo
Autor: Anahi Dariane May Cahuich
Grup: "D"    Gr: 1

I-             INTRODUCCIÓN


En la actualidad para los jóvenes el alcohol es una de las drogas preferidas, ya que la adolescencia temprana es una etapa de riesgo para comenzar a experimentar. El alcohol afecta la mente, y el cuerpo del consumidor. Es por ello que el abuso del consumo de alcohol por parte de los jóvenes con lleva en ocasiones a múltiples consecuencias.
Es por esto que la prevención del alcoholismo debe iniciarse en la adolescencia o incluso antes. La recomendación es no beber nada de alcohol antes de la edad adulta. Para fomentar la abstención alcohólica es fundamental la actitud de la familia del menor; así, hay padres que no quieren que sus hijos beban pero consumen bebidas alcohólicas con frecuencia en presencia de sus hijos, o hacen comentarios sobre “cuánto bebían de jóvenes”. Esta conducta pro-alcohol puede hacer que el joven considere que el consumo de alcohol es algo normal y deseable en algunas ocasiones.
En segundo lugar, es preciso informar al adolescente. Afortunadamente cada vez son más los jóvenes que conocen los efectos del alcohol y las graves consecuencias que puede tener sobre su salud y su calidad de vida, pero si no se acompaña de medidas efectivas de prevención, la información no es suficiente. Por eso, un tercer pilar fundamental para evitar la adicción, será dotar al adolescente de las estrategias necesarias para eliminar los factores de riesgo que le pueden inducir a consumir alcohol, como mejorar su autoestima y sus habilidades sociales.

OBJETIVO GENERAL Y ESPECÍFICO:


Objetivo general: Prevenir a los jóvenes sobre las causas y consecuencias del alcohol, así como sus prevenciones.

Objetivo específico: Informar a los jóvenes y personas interesadas por medio de este documento  sobre el alcoholismo.   






II-           DESARROLLO


¿Qué es alcohol?


El alcohol es una droga clasificada como depresiva, esto quiere decir que disminuye las funciones vitales, lo que resulta en lenguaje mal articulado, inestabilidad de movimiento, percepciones alteradas e incapacidad de reaccionar con rapidez.
En cuanto a la forma que afecta a la mente, el alcohol se comprende mejor como una droga que reduce la capacidad de la persona para pensar en forma racional y distorsiona su capacidad de juicio. Aunque se clasifica como depresivo, la cantidad de alcohol, que se consume determina el tipo de efecto que tiene. Mucha gente bebe por el efecto estimulante. Pero si una persona consume más de lo que su cuerpo puede tolerar empieza a experimentar el efecto depresivo.
Una sobredosis de alcohol puede provocar efectos mucho más severos como la incapacidad para sentir dolor, intoxicación que obliga al organismo a vomitar el veneno y finalmente la inconciencia o peor aún, coma o muerte provocada por una grave sobredosis tóxica. Existen diferentes tipos de alcohol como lo es el etílico (etanol) es el único que se utiliza en las bebidas, ya que se produce por la fermentación de cereales y frutas. La fermentación es un proceso químico mediante el cual la levadura actúa sobre ciertos ingredientes que se encuentran en los alimentos, creando el alcohol.

 

¿Por qué el alcohol se considera una droga?


Una droga es una sustancia que tiene un efecto en las células que viven en el cuerpo y su función y también se utiliza para propósitos médicos como para la diagnosis, la prevención, y la curación de desórdenes y de enfermedades. Como tal, el alcohol es una sustancia que puede tener efectos similares a las drogas a desinfectar, a actuar como analgesia, un tranquilizante o raramente, un estimulante.
El consumo excesivo del alcohol entraña una serie de problemas, tanto personales, familiares y sociales entre ellos la pérdida de puesto de trabajo, dificultades financieras, maltratos, conflictos conyugales, desórdenes públicos y hasta procesamiento judiciales, estos son lamentables para la sociedad civil en general.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que cada año se produce en el mundo muertes de dos millones de personas causadas o relacionadas con el consumo de alcohol y se cree que es la causa de 3,7 por ciento de todos los fallecimientos y el 4,4 por ciento de las enfermedades mundiales.
Siempre que se habla de alcoholismo se plantea la misma cuestión: ¿cuánto hay que beber para llegar a padecerlo? .La respuesta es simple: depende de cada organismo, del peso del individuo, de su capacidad para metabolizar el alcohol y de su posibilidad de eliminarlo. Intentar delimitar que si se beben tres cervezas, o dos copas de coñac o media botella de vino, no conduce a nada. Normalmente, los expertos hablan de dosis de alcohol, porque lo que no tiene mayor interés es saber qué tipo de bebida se ingiere.
Ya sabemos que no es lo mismo tomar una cerveza que un vaso de vino. Pero tampoco es el mismo recipiente. Por eso la cerveza se ofrece en jarra y el aguardiente en copa pequeña. Se acepta que el que bebe, ingiere una dosis, sea cual sea la bebida que tome, ya que a mayor grado alcohólico, menor capacidad tiene el recipiente. El grado alcohólico de una bebida es la cantidad de alcohol puro que esa bebida contiene y viene dado por el porcentaje de alcohol diluido en el volumen. 12º quiere decir que esa bebida tiene 12% de alcohol en el volumen total.

Grado alcohólico


Quizás sea interesante para tener una referencia, conocer la graduación alcohólica de las distintas bebidas. Las más ligeras son las sidras que pueden variar de 3 a 7 grados. La cerveza se sitúa entre los 5 y 7. Los vinos tienen una gran variación, pero pueden ir desde los 7 a los 25. Los que llamamos de mesa suelen tener alrededor de 12, y los “dulces naturales”, por la concentración de azúcar pueden llegar a 18. Los “generosos” pueden llegar a 23. Vermuts y aperitivos se sitúan entre los 15 y los 18 grados. Los aguardientes, orujos, licores de hierbas, etc., tienen una gran variedad y pueden ir de los 45 a los 65. El brandy tiene entre 38 y 40 grados. La ginebra, según los técnicos no debe estar por debajo de 38 ni subir de los 41. El ron, entre 40 y los 45. El whisky alrededor de 43. El vodka, tal como resulta de la destilación puede llegar a 95, pero se procesa para que se quede entre 50 y 55. El alcohol de Melisa está en el mercado con nombres muy  diferentes, casi siempre bajo la advocación de la Virgen del Carmen o de alguna congregación mariana. Tiene una graduación de 57 grados. Se comprende pues que es lo mismo tomar medio litro de algo con 20 grados, que un litro de otra que tenga 10.
Cuando se bebe alcohol éste pasa directamente al estómago, pues no necesita ser digerido. Del estómago pasa directamente al intestino y a la corriente sanguínea, que los transporta por todo el organismo. El responsable de metabolizar el alcohol del cuerpo es el hígado, que los transforma en agua y dióxido de carbono y que tarda aproximadamente una hora en procesar el alcohol contenido en una sola bebida. Luego es eliminado a través de la orina, la respiración y el sudor.
El problema grave del alcohol es que cuando se ingiere una cantidad mayor que la que el hígado puede metabolizar, resulta tóxica para el organismo. Y entonces para deshacerse de él pone en marcha una serie de vías de urgencias que acaban destruyendo las células. El hígado se deshace del alcohol, a una velocidad fija. Podemos buscar un modelo. Cuando un hombre de 70 kilos, bien alimentado y sano toma más de 7 gramos de alcohol a la hora, está poniendo en juego ese mecanismo de urgencia. Y es cuando se ingiere más alcohol del citado, el organismo necesita destruirlo. La oxidación de ese alcohol se vuelve tóxica, aumenta la proporción de alcohol en los tejidos y el procedimiento del hígado se sustituye por una vía de desintoxicación en la que los ácidos nucleicos de las células son quemados conjuntamente con el alcohol. Poner  en funcionamiento este proceso resulta peligroso porque las células se destruyen a sí misma para eliminar el alcohol.

Clasificación del alcohol


Vamos a intentar dar algunos de los criterios para clasificar los diferentes tipos de alcoholismo, evidentemente, no es una clasificación cerrada ni única.
Los adultos pueden clasificarse, según la cantidad de alcohol que consumen, en:
1-   Abstemios.
Serías aquellas personas quienes no disfrutan o muestran un desagrado activo al gusto y a los efectos del alcohol y en consecuencia, no tienen interés en repetir la experiencia. Igualmente están los no bebedores preocupados, que no solamente se abstienen  si no que buscan el persuadir o coaccionar a otros que comparten su abstención.
2-   Bebedores sociales
Beben con sus amigos. El alcohol es parte de su proceso de socialización, pero no es esencial, y no toleran una embriaguez alteradora. Esta embriaguez es rara, puede ocurrir sólo durante una actividad de grupo, tal como una boda, una fiesta o el día de año viejo, momento en que se permite bebida en exceso.
3-   Alcohólicos Sociales
Se intoxican con frecuencia, pero mantienen ciertos controles de su conducta. Prevén las ocasiones que requieren, de modo rutinario, tomar “un par de copas” antes de ir a casa. Son personas que les gusta ir siempre a los mismos lugares de bebida con gran tolerancia al alcohol. Un alcohólico social encontrará tiempo para una copa por lo menos, antes de la cena. Su bebida no suele interferir en su matrimonio ni gravemente en el trabajo mientras mantenga esta situación.
4-   Alcohólicos
Se identifica por su gran dependencia o adicción hacia el alcohol y una forma acumulativa de conductas asociadas con la bebida. El término alcoholismo se aplica al desajuste social que se presenta en las vidas de los individuos adictos y de sus familias.

Mitos del alcohol


Debe decirse también que hay muchos mitos en torno al alcohol. En ocasiones podemos observar como algunos individuos utiliza estos mitos como excusa para justificar una forma de beber fuera de lo que podríamos denominar como normal. Quizás haya oído alguna vez aquel dicho de “el hombre debe oler a tabaco y a alcohol”.
Conviene tener en cuenta, aunque a veces pueda perecer falso, que:
·        El alcohol, no es un alimento.
·        Incluso los vinos más suaves pueden ser peligrosos.
·        El alcohol no quita la sed, la aumenta.
·        No da fuerza.
·        No es estimulante ni excitante.
·        No da calor, sino todo lo contrario. Calienta superficialmente haciendo perder el calor interno.
·        No beneficia al corazón como vasodilatador.
·        Nunca es una medicina.
·        No hace al individuo más sociable, sino más charlatán.
·        No estimula el apetito.
·        Es una droga.

¿Qué, cuánto y cómo consumen alcohol?


Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.
Así podemos destacar como características principales de este grupo de edad en su relación con la adicción alcohólica:
Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera psicoactiva de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.
Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden público o accidentes de tráfico.
Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.
La cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana) encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.
Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás" ("eso no me pasará a mí").

Al analizar los efectos producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o ideas positivas.

¿Cuándo se es alcohólico?


¿Cuándo un individuo es alcohólico?. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol. Un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). Se puede afirmar que lo característico del alcohólico es que no puede dejar de beber, que ha perdido la libertad y no puede abstenerse de la ingestión alcohólica. El problema más serio es que hay muchos bebedores habituales que suelen decir que pueden dejar de beber cuando quieran. Pero no quieren nunca. Son alcohólicos sin trastornos, pero con una ingestión de alcohol muy superior a la tolerable. En muchas ocasiones podemos ver como se cuelgan etiquetas argumentando que su estado anímico es producido por depresiones, estrés, carácter inquieto, nerviosismo, etc., etc., cuando en realidad está enmascarando un claro “síntoma de abstinencia”. Aquellas personas que beben con frecuencia pueden interrogarse a sí mismas para ver si están o no cerca del alcoholismo. Estos son los primeros síntomas: si se reconoce sepa que está en el camino de llegar a él. El alcohólico no es responsable de su enfermedad, pero si debe intentar poner remedio. Los síntomas que pueden alertar son:
·        Beber más y más a menudo que los que le rodean. Tener sed de alcohol.
·        Beber a escondidas.
·        Buscar en la bebida facilidad de palabra, simpatía...
·        Sufrir pérdidas de memoria después de haber bebido. No acordarse de detalles de la noche anterior en que se bebió.
·        No tomar sólo una copa. A una debe seguir necesariamente otra.
·        Ser reacio a hablar de todo lo relacionado con la bebida.
·        Falta de apetito.
·        Decir que bebe menos de lo que realmente bebe.
·        Tener un pequeño temblor en las manos y en la lengua que desaparece al beber.
·        Cambios bruscos en el estado de ánimo.
·        Náuseas o vómitos al levantarse.
·        Insomnio continuado.
·        Pensamientos suicidas.
·        Agresividad, sobre todo en el ámbito familiar.
En cualquiera de las distintas manifestaciones, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades.
Al principio el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo más y mostrando menos efectos nocivos que el resto de la población. Más adelante, sin embargo, el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor importancia en las relaciones personales, el trabajo, la reputación e incluso la salud física. 
El individuo pierde el control del alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo. Se habla de alcoholismo intermitente, alcohólicos de fin de semana, etc. En definitiva y en cualquier caso, existen unos claros signos de dependencia y falta de control en el consumo. Se empieza a beber y no se puede detener.
El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y fatal caracterizada por tolerancia y dependencia física, o cambios orgánicos patológicos, o ambos; toda consecuencia directa o indirecta del alcohol ingerido Ha sido definido:

 
  • Los cambios crónicos y progresivos físicos, emocionales y sociales que se desarrollan son acumulativos y progresan si se continúa bebiendo.
  • Tolerancia (adaptación cerebral a la presencia de altas concentraciones de alcohol).
  • Dependencia física (síntomas de abstinencia que ocurren cuando disminuye o cesa el consumo de alcohol).
  • La persona con alcoholismo no puede predecir la duración del episodio o la cantidad que irá a consumir.
  • Los cambios orgánicos patológicos pueden encontrarse en cualquier órgano, pero más a menudo involucra al hígado, cerebro, sistema nervioso periférico y tracto gastrointestinal.5
  • El patrón de bebida es generalmente continuo, pero puede ser intermitente con períodos de abstinencia entre los episodios de bebida.
  • Los síntomas ambientales, sociales y emocionales y las consecuencias del alcoholismo resultan del efecto del alcohol sobre la función del cerebro. El grado al cual estos síntomas y signos son considerados patológicos dependerá de las normas culturales de la sociedad, o grupo en que la persona se desenvuelva.
Existe una relación directa entre el consumo del alcohol, las muertes violentas, el suicidio y los accidentes del tránsito.
El alcohólico es un enfermo que a través del consumo del alcohol comienza a sufrir daños (mentales, corporales y sociales). Dentro de los daños mentales se encuentra la paranoia de celos, alucinosis alcohólica y delirium tremens, hemorragias cerebrales e incluso ataques epilépticos.
Los daños corporales son muchos: en el sistema digestivo pueden presentarse gastritis, trastornos biliares, hepatitis alcohólica y cirrosis hepática. También se pueden producir neuritis, calambres y parálisis. En el sistema genitourinario se produce una depresión funcional, impotencia con atrofia testicular. Además se ha relacionado la ingestión de bebidas alcohólicas con el cáncer de algunos subsistemas, como el respiratorio (vías respiratorias), o el digestivo (laringe, esófago, estómago, colon, recto, hígado, entre otros). Esto es debido a que el alcohol en su degradación en el hígado se descompone en acetaldehído que es una sustancia con propiedades carcinogénicas.
Existen sustancias químicas en las bebidas que pueden actuar como mutágenos y modificar el material hereditario, provocando cambios o aberraciones en los cromosomas. Si a esto se añade que el alcohólico es también un fumador, puede sufrir más alteraciones en los cromosomas que los no fumadores, con anormalidades en los espermatozoides, porque en el humo del tabaco se encuentran nitrosaminas que son cocarcinogénicas, lo que quiere decir que son capaces de potencializar la acción carcinógena de las bebidas alcohólicas en este caso.
Existen preparados caseros que son de procedencia dudosa, que en ocasiones se utiliza el metanol por desconocimiento, que constituye un depresor del SNC, y que provoca lesiones en las células de la retina del ojo, fotofobia, visión borrosa y ceguera. También puede ocasionar náuseas, vómitos, calambres abdominales, cefalea, lenguaje tropeloso, desorientación, alucinosis, estados maniacos, acidosis metabólica, que se intensifica rápidamente produciendo convulsiones, cianosis, choque, coma y muerte, cuando la dosis ingerida es de 30-60 mL (dosis letal mínima).
Toda esta sintomatología comienza a aparecer a las 24 horas de la ingestión del preparado. Si el sujeto sobrevive, días después pueden aparecer edema retiniano, escotoma temporal, neuritis retrobulbar y atrofia óptica, lo que ocasiona ceguera irreversible.
En relación con los daños sociales que produce la ingestión de bebidas alcohólicas, podemos decir que dependen de varios factores: de la cantidad de alcohol ingerido, de la forma de beberlo, de la personalidad anterior del alcohólico (lo que puede llevar a riñas familiares o no), trastornos en la escuela (ausencias, llegadas tardes o abandono). Es necesario que si se diagnostica que es el alcoholismo, el Médico de Familia de la escuela trace un plan en conjunto con la dirección del centro para encauzar el trabajo; primero, el estudio de las causas que lo están produciendo, en la orientación a profesores, trabajadores y alumnos, y luego en la promoción de salud en los casos que aún no lo presenten, y ya con los que tienen el problema, una labor curativa para eliminarlo.
En este sentido, el trabajo con la familia es de importancia capital, donde se relacionan varios factores: las direcciones provinciales de salud y educación, con el consejo de dirección de los centros, el personal docente (principalmente los profesores guía) y otros trabajadores, actuándose estrechamente con el personal de salud, los estudiantes y sus organizaciones, para así entre todos poder influir en la familia y la comunidad.
El Médico de Familia puede ofrecer información sistemática sobre esta entidad realizando labores educativas de salud mediante diferentes técnicas a su alcance, pero principalmente logrando un buen reporte con su población, confianza y seguridad, y sobre todo, siendo ejemplo y líder de opinión. Puede en estas condiciones realizar conferencias al nivel de su comunidad, aprovechando reuniones de las organizaciones políticas y de masas, con el apoyo del CDR y de los Consejos Populares, así como también de la FMC. Se debe preparar al personal docente para que influya en el alumnado y en la familia. También es fundamental la realización de actividades de Educación Familiar en las visitas de terreno a los hogares y en el consultorio.
.Primero que todo los adolescentes deben poseer una visión crítica sobre los daños que el ingerir bebidas alcohólicas produce al organismo y a los que se encuentran alrededor, para que se enfrenten al hecho de beber o no, tengan sus propios criterios y de esta forma tomen sus decisiones.
Es fundamental que se estimule la realización de actividades recreativas y deportivas para los jóvenes para ocupar el tiempo libre (fuera de las horas de estudio), y para ello existen numerosas alternativas.
Dentro de las actividades recreativas se pueden formar grupos de teatro, o de danza con los jóvenes interesados y así estimular el interés de los demás. En las actividades deportivas se pueden implementar juegos de todo tipo, desde ajedrez hasta volibol, baloncesto, fútbol, pelota, etc. También se pueden explotar otras opciones como por ejemplo las actividades manuales de bordado, tejido, costura, pintura, labores de artesanía, fabricación de juguetes para los niños de la zona y labores de carpintería para fabricación y reparación de muebles; todas ellas actividades útiles que pueden contribuir a explorar la vocación de los adolescentes, y se puede para esto buscar el apoyo y la ayuda de los organismos del Poder Popular de la zona, coordinando con el municipio la adquisición y utilización de los materiales necesarios para estos trabajos. Como se puede apreciar son múltiples las alternativas que se pueden crear para este objetivo y además conseguir el apoyo y la participación de la comunidad.
Los casos ya alcoholizados, deben romper el ciclo vicioso. Hay que lograr que dejen de beber alcohol, mediante el conocimiento del daño que les produce, conseguir elevar su autoestima y adquirir fuerza de voluntad. Interesarlos en las actividades de sus compañeros de estudio, tratarlos con el personal autorizado especializado en la materia; y en los casos más serios ingresarlos en el hospital para su tratamiento específico de desintoxicación.

Posibles complicaciones


El alcoholismo y el abuso del alcohol pueden incrementar el riesgo de muchos problemas de salud, como:
  • Sangrado en el tubo digestivo
  • Daño a las neuronas
  • Trastorno cerebral llamado síndrome de Wernicke-Korsakoff
  • Cáncer del esófago, el hígado, el colon y otras áreas
  • Cambios en el ciclo menstrual (período)
  • Delirium tremens (DT)
  • Demencia y pérdida de la memoria
  • Depresión y suicidio
  • Disfunción eréctil
  • Daño cardíaco
  • Hipertensión arterial
  • Inflamación del páncreas (pancreatitis)
  • Enfermedad hepática, incluyendo cirrosis
  • Daño neurológico
  • Desnutrición
  • Problemas para dormir (insomnio)
El consumo de alcohol también incrementa el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia.
Tomar alcohol durante el embarazo puede ocasionar anomalías congénitas graves.



 

Tratamiento para el alcohólico


El alcoholismo es hoy por hoy una enfermedad crónica, incurable y progresiva. La única solución es detenerla, y eso es posible, como así lo confirma el testimonio de millones de alcohólicos que lo han logrado a través de las distintas asociaciones de autoayuda repartidas en todo el mundo.
Hay casos en que el alcohólico que ha decidido dejar de beber a través de una de éstas asociaciones, necesita a la vez de ayuda médica, que mediante fármacos le ayudará a superar el síndrome de abstinencia, estado que se manifiesta con dolores musculares, temblores de manos, vómitos, nerviosismo, confusión, insomnio, delirios, etc.
El tratamiento primario comienza con el reconocimiento del alcoholismo como un problema que necesita atención específica, en vez de considerarlo secundario a otro problema subyacente como se hacía antaño. A medida que la sociedad se conciencia de la verdadera naturaleza del alcoholismo, disminuye su consideración como estigma social, los enfermos y sus familiares lo ocultan menos y el diagnóstico no se retrasa tanto. Los tratamientos más precoces y mejores están produciendo unas altas esperanzadoras tasas de recuperación.
RECUPERACIÓN A LARGO PLAZO
Los programas de recuperación o apoyo pueden ayudarle a dejar de beber por completo. Estos programas generalmente ofrecen:
  • Asesoría y terapia para abordar el alcoholismo y sus efectos y cómo controlar sus pensamientos y comportamientos.
  • Apoyo en salud mental.
  • Atención médica.
A usted lo pueden tratar en un centro de rehabilitación (internado) o puede asistir a un programa mientras vive en su casa (ambulatorio).
Algunas veces, se prescriben medicamentos para evitar las recaídas.
  • El acomprosato es un medicamento que ha demostrado disminuir las tasas de recaídas en aquellas personas que son dependientes del alcohol.
  • El disulfiram (Antabuse) produce efectos secundarios muy desagradables incluso si usted toma una cantidad pequeña de alcohol hasta 2 semanas después de tomar el medicamento.
  • La naltrexona (Vivitrol) disminuye el deseo vehemente por el alcohol y está disponible en forma de inyección.
Usted no puede tomar estos medicamentos si está embarazada o padece ciertas enfermedades. A menudo, es necesario el tratamiento a largo plazo con asesoría psicológica o grupos de apoyo.
La depresión u otros trastornos de ansiedad o del estado de ánimo se pueden manifestar una vez que usted ya no esté tomando alcohol y se deben tratar oportunamente.
Es importante que el paciente tenga una situación de vida que le sirva de apoyo para su necesidad de evitar el alcohol. Algunos programas ofrecen opciones de alojamiento para personas con problemas de alcoholismo o abuso de alcohol.

Grupos de apoyo para alcohólicos


Los grupos de apoyo están disponibles para ayudar a las personas que están enfrentando el alcoholismo.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS (AA)
Es un grupo de autoayuda de alcohólicos en rehabilitación que ofrece apoyo emocional y unos pasos específicos para las personas que se recuperan de la dependencia del alcohol. El programa comúnmente se denomina el "método de los 12 pasos". Hay capítulos locales a lo largo y a lo ancho de todos los Estados Unidos.
Alcohólicos anónimos ofrece ayuda las 24 horas del día y enseña que es posible participar en actividades sociales sin beber.
AL-ANON
Los miembros de la familia de una persona con problemas de abuso del alcohol con frecuencia necesitan asesoría. Al-Anon es un grupo de apoyo para las parejas u otras personas que están afectadas por el alcoholismo.
Alateen brinda apoyo a los adolescentes hijos de personas alcohólicas.
OTROS GRUPOS DE APOYO
  • El programa SMART Recovery enseña que usted tiene que cambiar sus pensamientos y comportamientos para ayudar a que las personas alcohólicas se rehabiliten.
  • LifeRing Recovery y SOS son dos programas laicos que ofrecen apoyo para las personas que abusan del alcohol.
  • Women for Sobriety es un grupo de autoayuda sólo para mujeres.
  • Moderation Management es un programa para aquellas personas que desean reducir la cantidad de alcohol que beben. Este programa recomienda la abstinencia para las personas que no pueden hacer esto.




III-         CONCLUSIONES


El viejo dicho, "las cosas a tiempo tienen remedio", es muy verdadero. Si tomamos medidas a tiempo, podemos conseguir que los que no toman no lleguen a hacerlo y los que lo hacen lo dejen.
Reduciríamos las consecuencias de la ingestión de las bebidas alcohólicas, mediante la elaboración de un programa de lucha eficaz contra el alcoholismo, que logre cambios permanentes y definitivos en el estilo de vida de la juventud, y que este sea sano. Ello es una tarea de todos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario