Titulo: Alcoholismo
Autor: Anahi Dariane May Cahuich
Grup: "D" Gr: 1
I-
INTRODUCCIÓN
En la actualidad para los
jóvenes el alcohol es una de las drogas preferidas, ya que la adolescencia
temprana es una etapa de riesgo para comenzar a experimentar. El alcohol afecta
la mente, y el cuerpo del consumidor. Es por ello que el abuso del consumo de
alcohol por parte de los jóvenes con lleva en ocasiones a múltiples
consecuencias.
Es por esto que la prevención del alcoholismo debe
iniciarse en la adolescencia o incluso antes. La recomendación es no beber nada
de alcohol antes de la edad adulta. Para fomentar la abstención alcohólica es
fundamental la actitud de la familia del menor; así, hay padres que no quieren
que sus hijos beban pero consumen bebidas alcohólicas con frecuencia en
presencia de sus hijos, o hacen comentarios sobre “cuánto bebían de jóvenes”.
Esta conducta pro-alcohol puede hacer que el joven considere que el consumo de
alcohol es algo normal y deseable en algunas ocasiones.
En segundo lugar, es preciso informar al adolescente.
Afortunadamente cada vez son más los jóvenes que conocen los efectos del
alcohol y las graves consecuencias que puede tener sobre su salud y su calidad
de vida, pero si no se acompaña de medidas efectivas de prevención, la
información no es suficiente. Por eso, un tercer pilar fundamental para evitar
la adicción, será dotar al adolescente de las estrategias necesarias para
eliminar los factores de riesgo que le pueden inducir a consumir alcohol, como
mejorar su autoestima y sus habilidades sociales.
OBJETIVO
GENERAL Y ESPECÍFICO:
Objetivo general: Prevenir a
los jóvenes sobre las causas y consecuencias del alcohol, así como sus
prevenciones.
Objetivo específico:
Informar a los jóvenes y personas interesadas por medio de este documento sobre el alcoholismo.
II-
DESARROLLO
¿Qué es alcohol?
El alcohol es una droga
clasificada como depresiva, esto quiere decir que disminuye las funciones vitales,
lo que resulta en lenguaje mal articulado, inestabilidad de movimiento,
percepciones alteradas e incapacidad de reaccionar con rapidez.
En cuanto a la forma que
afecta a la mente, el alcohol se comprende mejor como una droga que reduce la
capacidad de la persona para pensar en forma racional y distorsiona su
capacidad de juicio. Aunque se clasifica como depresivo, la cantidad de
alcohol, que se consume determina el tipo de efecto que tiene. Mucha gente bebe
por el efecto estimulante. Pero si una persona consume más de lo que su cuerpo
puede tolerar empieza a experimentar el efecto depresivo.
Una sobredosis de alcohol
puede provocar efectos mucho más severos como la incapacidad para sentir dolor,
intoxicación que obliga al organismo a vomitar el veneno y finalmente la
inconciencia o peor aún, coma o muerte provocada por una grave sobredosis
tóxica. Existen diferentes tipos de alcohol como lo es el etílico (etanol) es
el único que se utiliza en las bebidas, ya que se produce por la fermentación
de cereales y frutas. La fermentación es un proceso químico mediante el cual la
levadura actúa sobre ciertos ingredientes que se encuentran en los alimentos,
creando el alcohol.
¿Por qué el alcohol
se considera una droga?
Una droga es una sustancia
que tiene un efecto en las células que viven en el cuerpo y su función y
también se utiliza para propósitos médicos como para la diagnosis, la
prevención, y la curación de desórdenes y de enfermedades. Como tal, el alcohol
es una sustancia que puede tener efectos similares a las drogas a desinfectar,
a actuar como analgesia, un tranquilizante o raramente, un estimulante.
El consumo excesivo del
alcohol entraña una serie de problemas, tanto personales, familiares y sociales
entre ellos la pérdida de puesto de trabajo, dificultades financieras,
maltratos, conflictos conyugales, desórdenes públicos y hasta procesamiento
judiciales, estos son lamentables para la sociedad civil en general.
La Organización Mundial de
la Salud (OMS), estima que cada año se produce en el mundo muertes de dos
millones de personas causadas o relacionadas con el consumo de alcohol y se
cree que es la causa de 3,7 por ciento de todos los fallecimientos y el 4,4 por
ciento de las enfermedades mundiales.
Siempre que se habla de
alcoholismo se plantea la misma cuestión: ¿cuánto hay que beber para
llegar a padecerlo? .La respuesta es simple: depende de cada organismo,
del peso del individuo, de su capacidad para metabolizar el alcohol y de su
posibilidad de eliminarlo. Intentar delimitar que si se beben tres cervezas, o
dos copas de coñac o media botella de vino, no conduce a nada. Normalmente, los
expertos hablan de dosis de alcohol, porque lo que no tiene mayor interés es
saber qué tipo de bebida se ingiere.
Ya sabemos que no es lo
mismo tomar una cerveza que un vaso de vino. Pero tampoco es el mismo
recipiente. Por eso la cerveza se ofrece en jarra y el aguardiente en copa
pequeña. Se acepta que el que bebe, ingiere una dosis, sea cual sea la bebida
que tome, ya que a mayor grado alcohólico, menor capacidad tiene el recipiente.
El grado alcohólico de una bebida es la cantidad de alcohol puro que esa bebida
contiene y viene dado por el porcentaje de alcohol diluido en el volumen. 12º
quiere decir que esa bebida tiene 12% de alcohol en el volumen total.
Grado alcohólico
Quizás sea interesante para
tener una referencia, conocer la graduación alcohólica de las distintas
bebidas. Las más ligeras son las sidras que pueden variar de 3 a 7 grados.
La cerveza se sitúa entre los 5 y 7. Los vinos tienen una gran variación,
pero pueden ir desde los 7 a los 25. Los que llamamos de mesa suelen tener
alrededor de 12, y los “dulces naturales”, por la concentración de azúcar
pueden llegar a 18. Los “generosos” pueden llegar a 23. Vermuts y aperitivos se
sitúan entre los 15 y los 18 grados. Los aguardientes, orujos, licores de
hierbas, etc., tienen una gran variedad y pueden ir de los 45 a los 65. El
brandy tiene entre 38 y 40 grados. La ginebra, según los técnicos no debe estar
por debajo de 38 ni subir de los 41. El ron, entre 40 y los 45. El whisky
alrededor de 43. El vodka, tal como resulta de la destilación puede llegar a
95, pero se procesa para que se quede entre 50 y 55. El alcohol de Melisa está
en el mercado con nombres muy diferentes, casi siempre bajo la advocación
de la Virgen del Carmen o de alguna congregación mariana. Tiene una graduación
de 57 grados. Se comprende pues que es lo mismo tomar medio litro de algo con
20 grados, que un litro de otra que tenga 10.
Cuando se bebe alcohol éste
pasa directamente al estómago, pues no necesita ser digerido. Del estómago pasa
directamente al intestino y a la corriente sanguínea, que los transporta por
todo el organismo. El responsable de metabolizar el alcohol del cuerpo es el
hígado, que los transforma en agua y dióxido de carbono y que tarda
aproximadamente una hora en procesar el alcohol contenido en una sola bebida.
Luego es eliminado a través de la orina, la respiración y el sudor.
El problema grave del
alcohol es que cuando se ingiere una cantidad mayor que la que el hígado puede
metabolizar, resulta tóxica para el organismo. Y entonces para deshacerse de él
pone en marcha una serie de vías de urgencias que acaban destruyendo las
células. El hígado se deshace del alcohol, a una velocidad fija. Podemos buscar
un modelo. Cuando un hombre de 70 kilos, bien alimentado y sano toma más de 7
gramos de alcohol a la hora, está poniendo en juego ese mecanismo de urgencia.
Y es cuando se ingiere más alcohol del citado, el organismo necesita
destruirlo. La oxidación de ese alcohol se vuelve tóxica, aumenta la proporción
de alcohol en los tejidos y el procedimiento del hígado se sustituye por una
vía de desintoxicación en la que los ácidos nucleicos de las células son
quemados conjuntamente con el alcohol. Poner en funcionamiento este
proceso resulta peligroso porque las células se destruyen a sí misma para
eliminar el alcohol.
Clasificación del
alcohol
Vamos a intentar dar algunos
de los criterios para clasificar los diferentes tipos de alcoholismo,
evidentemente, no es una clasificación cerrada ni única.
Los adultos pueden
clasificarse, según la cantidad de alcohol que consumen, en:
1- Abstemios.
Serías aquellas personas quienes no disfrutan o muestran un desagrado activo al gusto y a los efectos del alcohol y en consecuencia, no tienen interés en repetir la experiencia. Igualmente están los no bebedores preocupados, que no solamente se abstienen si no que buscan el persuadir o coaccionar a otros que comparten su abstención.
Serías aquellas personas quienes no disfrutan o muestran un desagrado activo al gusto y a los efectos del alcohol y en consecuencia, no tienen interés en repetir la experiencia. Igualmente están los no bebedores preocupados, que no solamente se abstienen si no que buscan el persuadir o coaccionar a otros que comparten su abstención.
2-
Bebedores sociales
Beben con sus amigos. El
alcohol es parte de su proceso de socialización, pero no es esencial, y no
toleran una embriaguez alteradora. Esta embriaguez es rara, puede ocurrir sólo
durante una actividad de grupo, tal como una boda, una fiesta o el día de año
viejo, momento en que se permite bebida en exceso.
3-
Alcohólicos Sociales
Se intoxican con frecuencia,
pero mantienen ciertos controles de su conducta. Prevén las ocasiones que
requieren, de modo rutinario, tomar “un par de copas” antes de ir a casa. Son
personas que les gusta ir siempre a los mismos lugares de bebida con gran
tolerancia al alcohol. Un alcohólico social encontrará tiempo para una copa por
lo menos, antes de la cena. Su bebida no suele interferir en su matrimonio ni
gravemente en el trabajo mientras mantenga esta situación.
4-
Alcohólicos
Se identifica por su gran
dependencia o adicción hacia el alcohol y una forma acumulativa de conductas
asociadas con la bebida. El término alcoholismo se aplica al desajuste social
que se presenta en las vidas de los individuos adictos y de sus familias.
Mitos
del alcohol
Debe decirse también que hay
muchos mitos en torno al alcohol. En ocasiones podemos observar como algunos
individuos utiliza estos mitos como excusa para justificar una forma de beber
fuera de lo que podríamos denominar como normal. Quizás haya oído alguna vez
aquel dicho de “el hombre debe oler a tabaco y a alcohol”.
Conviene tener en cuenta,
aunque a veces pueda perecer falso, que:
·
El alcohol, no es un alimento.
·
Incluso los vinos más suaves pueden ser
peligrosos.
·
El alcohol no quita la sed, la aumenta.
·
No da fuerza.
·
No es estimulante ni excitante.
·
No da calor, sino todo lo contrario. Calienta
superficialmente haciendo perder el calor interno.
·
No beneficia al corazón como vasodilatador.
·
Nunca es una medicina.
·
No hace al individuo más sociable, sino más
charlatán.
·
No estimula el apetito.
·
Es una droga.
¿Qué,
cuánto y cómo consumen alcohol?
Las pautas de consumo en el
mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los
últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características
peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y
tradicional de consumo.
Así podemos destacar como
características principales de este grupo de edad en su relación con la
adicción alcohólica:
Búsqueda de nuevos motivos
para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera psicoactiva
de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez,
bebiéndose más alcohol y de más graduación.
Concentración de los períodos
de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de
"borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden
público o accidentes de tráfico.
Progresivo descenso de la
edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios,
se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se
produce una modificación de las pautas de consumo.
La cerveza (entre semana) y
las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana)
encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
En el entorno adolescente y
juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios
donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el
consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una
ausencia de consumo en el contexto familiar.
Las creencias predominantes
sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos
visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás"
("eso no me pasará a mí").
Al analizar los efectos
producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la
estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De
este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben
alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos
tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no
controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o
ideas positivas.
¿Cuándo se es alcohólico?
¿Cuándo un individuo es
alcohólico?. La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el alcoholismo
como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70
gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene
aproximadamente 40 gramos de alcohol. Un cuarto de litro de vino 30 gramos y un
cuarto de litro de cerveza 15 gramos). Se puede afirmar que lo característico
del alcohólico es que no puede dejar de beber, que ha perdido la libertad y no
puede abstenerse de la ingestión alcohólica. El problema más serio es que hay
muchos bebedores habituales que suelen decir que pueden dejar de beber cuando
quieran. Pero no quieren nunca. Son alcohólicos sin trastornos, pero con una
ingestión de alcohol muy superior a la tolerable. En muchas ocasiones podemos
ver como se cuelgan etiquetas argumentando que su estado anímico es producido
por depresiones, estrés, carácter inquieto, nerviosismo, etc., etc., cuando en
realidad está enmascarando un claro “síntoma de abstinencia”. Aquellas personas
que beben con frecuencia pueden interrogarse a sí mismas para ver si están o no
cerca del alcoholismo. Estos son los primeros síntomas: si se reconoce sepa que
está en el camino de llegar a él. El alcohólico no es responsable de su
enfermedad, pero si debe intentar poner remedio. Los síntomas que pueden
alertar son:
·
Beber más y más a menudo que los que le
rodean. Tener sed de alcohol.
·
Beber a escondidas.
·
Buscar en la bebida facilidad de palabra,
simpatía...
·
Sufrir pérdidas de memoria después de haber
bebido. No acordarse de detalles de la noche anterior en que se bebió.
·
No tomar sólo una copa. A una debe seguir
necesariamente otra.
·
Ser reacio a hablar de todo lo relacionado
con la bebida.
·
Falta de apetito.
·
Decir que bebe menos de lo que realmente
bebe.
·
Tener un pequeño temblor en las manos y en la
lengua que desaparece al beber.
·
Cambios bruscos en el estado de ánimo.
·
Náuseas o vómitos al levantarse.
·
Insomnio continuado.
·
Pensamientos suicidas.
·
Agresividad, sobre todo en el ámbito
familiar.
En cualquiera de las
distintas manifestaciones, incluyen la preocupación por la disponibilidad de
alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de
sus amistades o actividades.
Al principio el alcohólico
puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo más y mostrando
menos efectos nocivos que el resto de la población. Más adelante, sin embargo,
el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor importancia en las relaciones
personales, el trabajo, la reputación e incluso la salud física.
El individuo pierde el
control del alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo. Se habla
de alcoholismo intermitente, alcohólicos de fin de semana,
etc. En definitiva y en cualquier caso, existen unos claros signos de
dependencia y falta de control en el consumo. Se empieza a beber y no se puede
detener.
El alcoholismo es una enfermedad
crónica, progresiva y fatal caracterizada por tolerancia y dependencia física,
o cambios orgánicos patológicos, o ambos; toda consecuencia directa o indirecta
del alcohol ingerido Ha sido definido:
- Los cambios crónicos y progresivos físicos,
emocionales y sociales que se desarrollan son acumulativos y progresan si
se continúa bebiendo.
- Tolerancia (adaptación cerebral a la presencia
de altas concentraciones de alcohol).
- Dependencia física (síntomas de abstinencia
que ocurren cuando disminuye o cesa el consumo de alcohol).
- La persona con alcoholismo no puede predecir
la duración del episodio o la cantidad que irá a consumir.
- Los cambios orgánicos patológicos pueden
encontrarse en cualquier órgano, pero más a menudo involucra al hígado,
cerebro, sistema nervioso periférico y tracto gastrointestinal.5
- El patrón de bebida es generalmente continuo,
pero puede ser intermitente con períodos de abstinencia entre los
episodios de bebida.
- Los síntomas ambientales, sociales y
emocionales y las consecuencias del alcoholismo resultan del efecto del
alcohol sobre la función del cerebro. El grado al cual estos síntomas y
signos son considerados patológicos dependerá de las normas culturales de
la sociedad, o grupo en que la persona se desenvuelva.
Existe una relación directa entre el
consumo del alcohol, las muertes violentas, el suicidio y los accidentes del
tránsito.
El alcohólico es un enfermo que a
través del consumo del alcohol comienza a sufrir daños (mentales, corporales y
sociales). Dentro de los daños mentales se encuentra la paranoia de celos,
alucinosis alcohólica y delirium tremens, hemorragias cerebrales e
incluso ataques epilépticos.
Los daños corporales son muchos: en el
sistema digestivo pueden presentarse gastritis, trastornos biliares, hepatitis
alcohólica y cirrosis hepática. También se pueden producir neuritis, calambres
y parálisis. En el sistema genitourinario se produce una depresión funcional,
impotencia con atrofia testicular. Además se ha relacionado la ingestión de
bebidas alcohólicas con el cáncer de algunos subsistemas, como el respiratorio
(vías respiratorias), o el digestivo (laringe, esófago, estómago, colon, recto,
hígado, entre otros). Esto es debido a que el alcohol en su degradación en el hígado
se descompone en acetaldehído que es una sustancia con propiedades
carcinogénicas.
Existen sustancias químicas en las
bebidas que pueden actuar como mutágenos y modificar el material hereditario,
provocando cambios o aberraciones en los cromosomas. Si a esto se añade que el
alcohólico es también un fumador, puede sufrir más alteraciones en los
cromosomas que los no fumadores, con anormalidades en los espermatozoides,
porque en el humo del tabaco se encuentran nitrosaminas que son
cocarcinogénicas, lo que quiere decir que son capaces de potencializar la
acción carcinógena de las bebidas alcohólicas en este caso.
Existen preparados caseros que son de
procedencia dudosa, que en ocasiones se utiliza el metanol por desconocimiento,
que constituye un depresor del SNC, y que provoca lesiones en las células de la
retina del ojo, fotofobia, visión borrosa y ceguera. También puede ocasionar
náuseas, vómitos, calambres abdominales, cefalea, lenguaje tropeloso,
desorientación, alucinosis, estados maniacos, acidosis metabólica, que se
intensifica rápidamente produciendo convulsiones, cianosis, choque, coma y
muerte, cuando la dosis ingerida es de 30-60 mL (dosis letal mínima).
Toda esta sintomatología comienza a
aparecer a las 24 horas de la ingestión del preparado. Si el sujeto sobrevive,
días después pueden aparecer edema retiniano, escotoma temporal, neuritis
retrobulbar y atrofia óptica, lo que ocasiona ceguera irreversible.
En relación con los daños sociales que
produce la ingestión de bebidas alcohólicas, podemos decir que dependen de
varios factores: de la cantidad de alcohol ingerido, de la forma de beberlo, de
la personalidad anterior del alcohólico (lo que puede llevar a riñas familiares
o no), trastornos en la escuela (ausencias, llegadas tardes o abandono). Es
necesario que si se diagnostica que es el alcoholismo, el Médico de Familia de
la escuela trace un plan en conjunto con la dirección del centro para encauzar
el trabajo; primero, el estudio de las causas que lo están produciendo, en la
orientación a profesores, trabajadores y alumnos, y luego en la promoción de
salud en los casos que aún no lo presenten, y ya con los que tienen el
problema, una labor curativa para eliminarlo.
En este sentido, el trabajo con la
familia es de importancia capital, donde se relacionan varios factores: las
direcciones provinciales de salud y educación, con el consejo de dirección de
los centros, el personal docente (principalmente los profesores guía) y otros
trabajadores, actuándose estrechamente con el personal de salud, los
estudiantes y sus organizaciones, para así entre todos poder influir en la
familia y la comunidad.
El Médico de Familia puede ofrecer
información sistemática sobre esta entidad realizando labores educativas de
salud mediante diferentes técnicas a su alcance, pero principalmente logrando
un buen reporte con su población, confianza y seguridad, y sobre todo,
siendo ejemplo y líder de opinión. Puede en estas condiciones realizar
conferencias al nivel de su comunidad, aprovechando reuniones de las organizaciones
políticas y de masas, con el apoyo del CDR y de los Consejos Populares, así
como también de la FMC. Se debe preparar al personal docente para que influya
en el alumnado y en la familia. También es fundamental la realización de
actividades de Educación Familiar en las visitas de terreno a los hogares y en
el consultorio.
.Primero que todo los adolescentes
deben poseer una visión crítica sobre los daños que el ingerir bebidas
alcohólicas produce al organismo y a los que se encuentran alrededor, para que
se enfrenten al hecho de beber o no, tengan sus propios criterios y de esta
forma tomen sus decisiones.
Es fundamental que se estimule la
realización de actividades recreativas y deportivas para los jóvenes para
ocupar el tiempo libre (fuera de las horas de estudio), y para ello existen
numerosas alternativas.
Dentro de las actividades recreativas
se pueden formar grupos de teatro, o de danza con los jóvenes interesados y así
estimular el interés de los demás. En las actividades deportivas se pueden
implementar juegos de todo tipo, desde ajedrez hasta volibol, baloncesto,
fútbol, pelota, etc. También se pueden explotar otras opciones como por ejemplo
las actividades manuales de bordado, tejido, costura, pintura, labores de
artesanía, fabricación de juguetes para los niños de la zona y labores de
carpintería para fabricación y reparación de muebles; todas ellas actividades
útiles que pueden contribuir a explorar la vocación de los adolescentes, y se
puede para esto buscar el apoyo y la ayuda de los organismos del Poder Popular
de la zona, coordinando con el municipio la adquisición y utilización de los
materiales necesarios para estos trabajos. Como se puede apreciar son múltiples
las alternativas que se pueden crear para este objetivo y además conseguir el apoyo
y la participación de la comunidad.
Los casos ya alcoholizados, deben
romper el ciclo vicioso. Hay que lograr que dejen de beber alcohol, mediante el
conocimiento del daño que les produce, conseguir elevar su autoestima y
adquirir fuerza de voluntad. Interesarlos en las actividades de sus compañeros
de estudio, tratarlos con el personal autorizado especializado en la materia; y
en los casos más serios ingresarlos en el hospital para su tratamiento
específico de desintoxicación.
Posibles
complicaciones
El
alcoholismo y el abuso del alcohol pueden incrementar el riesgo de muchos
problemas de salud, como:
- Sangrado en el tubo digestivo
- Daño a las neuronas
- Trastorno cerebral llamado síndrome de Wernicke-Korsakoff
- Cáncer del esófago, el hígado, el colon
y otras áreas
- Cambios en el ciclo menstrual (período)
- Delirium tremens (DT)
- Demencia y pérdida de la memoria
- Depresión y suicidio
- Disfunción eréctil
- Daño cardíaco
- Hipertensión arterial
- Inflamación del páncreas (pancreatitis)
- Enfermedad hepática, incluyendo cirrosis
- Daño neurológico
- Desnutrición
- Problemas para dormir (insomnio)
El
consumo de alcohol también incrementa el riesgo de infecciones de transmisión
sexual (ITS) y violencia.
Tomar
alcohol durante el embarazo puede ocasionar anomalías congénitas graves.
Tratamiento para
el alcohólico
El alcoholismo es hoy por
hoy una enfermedad crónica, incurable y progresiva. La única solución es
detenerla, y eso es posible, como así lo confirma el testimonio de millones de
alcohólicos que lo han logrado a través de las distintas asociaciones de
autoayuda repartidas en todo el mundo.
Hay casos en que el
alcohólico que ha decidido dejar de beber a través de una de éstas
asociaciones, necesita a la vez de ayuda médica, que mediante fármacos le
ayudará a superar el síndrome de abstinencia, estado que se
manifiesta con dolores musculares, temblores de manos, vómitos, nerviosismo,
confusión, insomnio, delirios, etc.
El tratamiento primario
comienza con el reconocimiento del alcoholismo como un problema que necesita
atención específica, en vez de considerarlo secundario a otro problema
subyacente como se hacía antaño. A medida que la sociedad se conciencia de la
verdadera naturaleza del alcoholismo, disminuye su consideración como estigma
social, los enfermos y sus familiares lo ocultan menos y el diagnóstico no se
retrasa tanto. Los tratamientos más precoces y mejores están produciendo unas
altas esperanzadoras tasas de recuperación.
RECUPERACIÓN
A LARGO PLAZO
Los
programas de recuperación o apoyo pueden ayudarle a dejar de beber por
completo. Estos programas generalmente ofrecen:
- Asesoría y terapia para abordar el alcoholismo y sus efectos y cómo
controlar sus pensamientos y comportamientos.
- Apoyo en salud mental.
- Atención médica.
A usted
lo pueden tratar en un centro de rehabilitación (internado) o puede asistir a
un programa mientras vive en su casa (ambulatorio).
Algunas
veces, se prescriben medicamentos para evitar las recaídas.
- El acomprosato es un medicamento que ha demostrado disminuir las
tasas de recaídas en aquellas personas que son dependientes del alcohol.
- El disulfiram (Antabuse) produce efectos secundarios muy
desagradables incluso si usted toma una cantidad pequeña de alcohol hasta
2 semanas después de tomar el medicamento.
- La naltrexona (Vivitrol) disminuye el deseo vehemente por el
alcohol y está disponible en forma de inyección.
Usted no
puede tomar estos medicamentos si está embarazada o padece ciertas
enfermedades. A menudo, es necesario el tratamiento a largo plazo con asesoría
psicológica o grupos de apoyo.
La
depresión u otros trastornos de ansiedad o del estado de ánimo se pueden
manifestar una vez que usted ya no esté tomando alcohol y se deben tratar
oportunamente.
Es
importante que el paciente tenga una situación de vida que le sirva de apoyo
para su necesidad de evitar el alcohol. Algunos programas ofrecen opciones de
alojamiento para personas con problemas de alcoholismo o abuso de alcohol.
Grupos de apoyo
para alcohólicos
Los
grupos de apoyo están disponibles para ayudar a las personas que están enfrentando
el alcoholismo.
ALCOHÓLICOS
ANÓNIMOS (AA)
Es un
grupo de autoayuda de alcohólicos en rehabilitación que ofrece apoyo emocional
y unos pasos específicos para las personas que se recuperan de la dependencia
del alcohol. El programa comúnmente se denomina el "método de los 12
pasos". Hay capítulos locales a lo largo y a lo ancho de todos los Estados
Unidos.
Alcohólicos
anónimos ofrece ayuda las 24 horas del día y enseña que es posible participar
en actividades sociales sin beber.
AL-ANON
Los
miembros de la familia de una persona con problemas de abuso del alcohol con
frecuencia necesitan asesoría. Al-Anon es un grupo de apoyo
para las parejas u otras personas que están afectadas por el alcoholismo.
Alateen brinda apoyo a los
adolescentes hijos de personas alcohólicas.
OTROS
GRUPOS DE APOYO
- El programa SMART Recovery enseña que usted tiene
que cambiar sus pensamientos y comportamientos para ayudar a que las
personas alcohólicas se rehabiliten.
- LifeRing Recovery y SOS son dos programas
laicos que ofrecen apoyo para las personas que abusan del alcohol.
- Women for Sobriety es un grupo de autoayuda sólo para
mujeres.
- Moderation Management es un programa para aquellas personas
que desean reducir la cantidad de alcohol que beben. Este programa
recomienda la abstinencia para las personas que no pueden hacer esto.
III-
CONCLUSIONES
El viejo dicho, "las cosas a tiempo tienen
remedio", es muy verdadero. Si tomamos medidas a tiempo, podemos conseguir
que los que no toman no lleguen a hacerlo y los que lo hacen lo dejen.
Reduciríamos las consecuencias de la ingestión de
las bebidas alcohólicas, mediante la elaboración de un programa de lucha eficaz
contra el alcoholismo, que logre cambios permanentes y definitivos en el estilo
de vida de la juventud, y que este sea sano. Ello es una tarea de todos.
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